Cada 15 de noviembre se conmemora el Día Mundial sin Alcohol, una fecha impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el objetivo de sensibilizar a la población sobre los efectos físicos, psicológicos y sociales derivados del consumo de bebidas alcohólicas, así como promover prácticas responsables, especialmente entre los jóvenes.
La OMS implementó el Sistema Mundial de Información sobre el Alcohol y la Salud, herramienta que permite monitorear los patrones de consumo, su impacto sanitario, las consecuencias sociales y la efectividad de las políticas públicas orientadas a su control.
Impacto mundial del alcohol
El alcoholismo fue reconocido como enfermedad en el siglo XX y se mantiene como uno de los principales factores de riesgo para la salud global.
Las estadísticas indican que más de 3.5 millones de personas mueren cada año por causas asociadas al consumo de alcohol, incluyendo accidentes de tránsito, traumatismos y complicaciones médicas que afectan a más de 50 millones de personas.
La OMS advierte que el consumo excesivo está relacionado con más de 200 enfermedades y trastornos, entre ellos:
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Deterioro de la memoria
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Enfermedades cardíacas y hepáticas
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Cáncer en distintas localizaciones
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Lesiones en el aparato digestivo
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Hipertensión arterial
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Accidentes cerebrovasculares
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Violencia e irritabilidad
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Disfunciones sexuales
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Daños al feto durante el embarazo (Síndrome Alcohólico Fetal)
Llamado a la prevención
Las autoridades sanitarias y organismos internacionales exhortan a fortalecer la educación preventiva, fomentar la responsabilidad en el consumo y promover políticas que reduzcan el impacto del alcohol en la salud pública, especialmente en poblaciones vulnerables y en edades tempranas.

